Maria Cacheda, gestora cultural con perspectiva feminista.
(Article originalment publicat en català a Núvol).
La coeducación patrimonial es la herramienta que puede ayudar a garantizar y transformar los museos en clave de equidad y fomentar la igualdad efectiva de mujeres y hombres desde la infancia.
Uno de cada cinco chicos de entre 15 y 29 años considera que la violencia de género no existe, y uno de cada tres piensa que son aceptables ciertas formas de violencia y control a la pareja, según informa Save the Children en su estudio «No es amor», de octubre de 2021, donde aborda la violencia machista entre personas adolescentes. También se alerta de las graves consecuencias que tiene la violencia psicológica y el control que sufren una de cada cuatro adolescentes de 16 y 17 años (Macroencuesta de Violencia de Género del Ministerio de Igualdad, 2019). Entre adolescentes existe una falta de autopercepción de las chicas como víctimas de violencia machista y de los chicos como agresores, evidenciándose un “negacionismo” de esta violencia por falta, sobre todo, de educación sexo-afectiva y coeducación. Además, si nos fijamos en la edad infantil, según múltiples estudios sociológicos realizados, por ejemplo, por la Associació Coeducacció, niñas y niños a los 2-3 años ya muestran unas pautas interiorizadas con una clara marca de género, construidas por los distintos agentes de socialización: familia, escuela, medios de comunicación, grupo de iguales, etc.
Desde el Departamento de Educación se puso en funcionamiento el programa Coeduca’t durante el curso 2019-2020. Éste tiene el objetivo de avanzar en un sistema educativo inclusivo, equitativo y libre de estereotipos sexistas, que incorpore la perspectiva de género y la coeducación para dar herramientas al alumnado. De esta forma, se podrá prevenir la violencia machista y cumplir así con la ley orgánica catalana de 2015 de igualdad efectiva de mujeres y hombres que insta a las administraciones públicas educativas a introducir la coeducación en sus proyectos educativos de centro.
La definición vigente de museo, aceptada por el momento por el Consejo Internacional de Museos (ICOM), es que un museo es una institución sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierto al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente con fines de educación, estudio y recreo.
El Plan de Museos 2030, en su dimensión educativa, establece que en 2030 los museos “pondrán la educación en el centro de su actividad y apoyarán a una sociedad cada vez más interesada en aprender, utilizando métodos y modelos de aprendizaje innovadores”. Además, uno de los objetivos estratégicos de este Plan es fortalecer la vinculación entre la sociedad y el museo ampliando el acceso, participación y funciones sociales y educativas.
Se habla de “finalidad de educación”, “educación en el centro”, “función educativa”… ¿Y si repensamos el museo en clave coeducativa? El museo coeducativo aplica la perspectiva de género no sólo a los contenidos y salas del museo, sino también a las actividades educativas y otras acciones desarrolladas por el Servicio Educativo, y realizadas por las educadoras patrimoniales, la cara visible del museo, donde existe una mediación entre ellas y el público visitante.
Aunque el espacio educativo del museo es un espacio feminizado, ya que la gran mayoría del personal educativo son mujeres, las educadoras también reproducimos los modelos sexistas si no tomamos conciencia. En algunos estudios en los que he tenido la suerte de participar sobre coeducación en los museos, he comprobado que ellas muestran diferentes actitudes para con los niños que las niñas durante la realización de las actividades. Normalmente, dan la palabra más a los niños, e interactúan más con ellos, puesto que son los que ocupan mayoritariamente el espacio sonoro y físico durante las actividades. Los niños también manipulan más tiempo los materiales educativos. Con las niñas, las educadoras interactuamos menos; las chicas se sitúan en un segundo plano durante la actividad y les damos menos la palabra. Las niñas son sólo protagonistas cuando los niños les ceden sus espacios, no las educadoras.
Por tanto, durante las acciones educativas en los museos se reproduce el lenguaje y los estereotipos sexistas, además de jerarquías y roles de género androcéntricos, que es necesario identificar con las herramientas de la coeducación para poder transformarlos y que los museos sean espacios seguros y equitativos que no legitimen la violencia machista sino que luchen contra ella.
Los museos deben garantizar la formación en coeducación patrimonial de su servicio educativo, añadiéndose de este modo al cambio social y crítico que piden los museos del siglo XXI. Un museo socialmente comprometido que pone la educación en el centro debe garantizar una educación patrimonial democrática, equitativa y libre de estereotipos sexistas. Ante la aparente libertad con la que se relacionan los niños y niñas se esconden estereotipos y desigualdades por razón de género. Por tanto, no es suficiente con ofrecer de todo a todo el mundo, hay que intervenir activamente para que la equidad sea real. La coeducación patrimonial es la herramienta que puede ayudar a garantizar y transformar los museos en clave de equidad y fomentar la igualdad efectiva de mujeres y hombres desde la infancia.
Estas apreciaciones fueron escritas por Guido Ramellini a raíz de comentar este texto en el II Encuentro de El Museo Transformador en Barcelona (9 y 10 de junio de 2023). Las preguntas a las que se hace referencias son las que se emplearon para fomentar el debate:
Reflexiones importantes:
• Permanencia de características sexista en un espacio feminizado. ¿Cómo gestionar actitudes que se aceptan como “naturales”? ¿Cómo intervenir para que la equidad sea real?
RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS:
• ¿Crees que la función principal del museo contemporáneo tiene que ver con la educación?
o Decididamente sí.
• ¿Has tenido experiencias o referencias de educación sexista en el ámbito del museo?/¿Cómo crees que se puede orientar la educación en los museos desde una perspectiva de género?
o La intervención del/la educador/a necesita de matices y estrategias para no provocar rechazo. Diálogo y autogestión del grupo pequeño abren espacio a una mayor intervención de las chicas y les hacen líderes positivos.