Si como decís el objeto no es un fin en sí mismo, ¿para qué conservarlo existiendo las tecnologías actuales?
Porque las tecnologías actuales pueden representar a los objetos, pero no presentarlos, y esto último se ha revelado como un aspecto básico en su capacidad comunicativa ¿Conseguirían los acuarios mantener la misma relevancia sustituyendo los tanques con peces por videos de tanques con peces?
Además, el valor de los objetos también proviene de su relevancia como fuente de información científica que permite realizar estudios para entender el pasado. Por otra parte no sería la primera vez que las nuevas tecnologías auguran de modo equivocado el fin de lo anterior. En los años 60, la irrupcción de la fotografía a nivel popular hizo pensar que la pintura tenía los días contados. En los años 70, en plena proliferación de los aparatos de televisión, hubo quien afirmó que la radio vería su final… Se atribuye al ajedrecista ruso Anatoli Kárpov esta brillante frase: «El ajedrez no morirá con los ordenadores por la misma razón que el ciclismo no ha acabado con el atletismo».
En pleno siglo XXI, ¿no es imprescindible contar con las tecnologías para hacer exposiciones?
Sí, pero con las tecnologías propias del lenguaje museográfico, que las tiene.
¿No es reduccionista renegar de los otros lenguajes?
Otros lenguajes son bienvenidos. Es sólo que en el ámbito de la exposición se usarán en un papel auxiliar y no protagonista ¿Cómo sería una película en la que la banda sonora musical de fondo (por buena que fuera) impusiera su volumen al diálogo de los actores?
Da la impresión de que rechazáis los recursos digitales. ¿No es un posicionamiento anticuado?
Rotundamente no. Defendemos que el museo tiene su propio lenguaje y sus propios recursos comunicativos, los cuales deben ser los protagonistas y los que aseguran el oportuno rigor museístico. Los recursos digitales pueden tener un papel auxiliar en el ámbito de la exposición, pero no un papel nuclear. Pensamos que en muchos casos se ha optado equivocadamente por inundar de recursos digitales las salas de exposiciones y museos, empleándolos más como fines que como medios, que es lo que creemos que son.
No obstante, las TIC´s están ya en todas partes y forman parte integrante de nuestra vida cotidiana. Por ello, creemos firmemente en que su uso sí debe tener un papel fundamental en la conexión del museo con la comunidad a través de las redes sociales, acceso a bases de metadatos, tecnologías que complementen la visita presencial, etc. En cualquier caso, se ha demostrado que en demasiadas ocasiones, lo único que se ha hecho en este sentido es volcar contenido analógico al medio digital, cuando este medio requiere un análisis profundo de contenidos que deben ser específicos para él.