¿No es muy pretencioso querer transformar la cultura y la educación?
Sólo pretendemos contribuir modestamente al desarrollo de una transformación que creemos que ya se está demandando y, de hecho, produciendo (y no sólo en el sector de museos). Aspiramos a poner nuestro granito de arena en lo tocante al mundo de los museos de una forma progresiva, tranquila y compartida, aunque también apasionada.
¿No deberíamos primero tener los museos llenos para luego valorar cuanto transforman?
Obtener visitantes es en todo caso un medio, pero no puede convertirse en una finalidad.
Pero insistiendo en lo anterior ¿no hay algunos museos que se podrían excusar en vuestra explicación anterior para justificar el hecho de no suscitar interés; o que incluso podrían considerar que es normal que tengan poco público porque trabajan con temas de interés poco generalizado?
Un museo debe aspirar a atraer público, entre otras cosas porque sólo si tiene público podrá cumplir la misión social a la que aspira. Pero es clave no confundir causa con consecuencia, pues si al final el objetivo último es obtener público, el museo puede caer con facilidad en el recurso de emplear diversos mecanismos de gestión que atraen público de forma relativamente sencilla, dejando al margen sus verdaderas finalidades sociales.
Por otra parte, desde luego no es de recibo utilizar el argumento de que el número de visitantes no debe ser la prioridad para así excusar la irrelevancia social de un museo. En realidad se trataría de la situación extrema opuesta a la quizá más común e igualmente poco deseable de tratar de excusar la irrelevancia social de un museo llenándolo casi por completo de visitantes, empleando para ello cualquier reclamo, aunque poco o nada tenga que ver con la experiencia museística o con la misión social del museo.
¿Cómo podremos transformar si antes el museo no gusta?
Aspiramos a un concepto desarrollado del verbo gustar. Creemos que para que algo sea interesante y persista en el tiempo, debe ser relevante. La mejor forma de gustar es justamente mostrar interés en transformar.
En mi ciudad queremos montar un pequeño museo. No obstante, cuando leo vuestra web me parece que puede ser todo un lío acometerlo… ¿No hay profesionales o empresas especializadas para poder hacerles un encargo y que lo hagan ellos todo?
Sí, existen empresas que se ofrecerían muy gustosas a hacerlo. Sin embargo nosotros no apostamos por ello. Crear (o desarrollar) un museo es apasionante y necesario, y creemos que su papel es fundamental, también en la sociedad actual. No obstante, hay que tener en cuenta que el museo contemporáneo eficaz es un fenómeno social, no es un fenómeno arquitectónico, ni es un fenómeno turístico, ni suele ser un buen negocio. Tampoco es algo relacionado con el mundo del entertainment, del edutainment, de la gamification, del wow effect o de la attractions industry, por lo que los proyectos museísticos así orientados pueden generar problemas importantes de gestión a medio o largo plazo. Un nuevo museo es un proyecto mucho más incubado y participado que contratado o encargado; que precisa desde sus inicios de la complicidad de su comunidad en todos los modos y maneras posibles; y que está hecho, con, por y para su comunidad.
Los museos llevan siglos existiendo, ¿porqué decís que todavía están faltos de profesionales explícitamente formados?
A pesar de que los museos llevan siglos de existencia, su función social ha cambiado mucho en las últimas décadas, pues han pasado de ser fines en sí mismos (con la colección como activo fundamental) a ser medios de comunicación, ostentando con ello un papel socioeducativo que antes no tenían, al menos de forma explícita. En este sentido, el congreso del ICOM de 1971 en Grenoble marca un antes y un después en el compromiso de los museos con la educación, identificando para los museos a partir de entonces una función social concretamente relacionada con la comunicación y la educación, y marcando así de alguna manera el concepto de museo contemporáneo. Naturalmente, el perfil de los profesionales del museo también debería haber cambiado con esas nuevas funciones sociales admitidas, pero no lo ha hecho en la medida que era necesario. Por poner un ejemplo, los departamentos de educación de los museos suelen estar externalizados o gestionados por conservadores reciclados, y son excepción los museos con profesionales formados adhoc.
¿Creéis que los museos deben cobrar entrada?
En El Museo Transformador, identificamos el museo contemporáneo como una organización con características propias de las entidades del Tercer Sector, en este caso dedicado a la transformación social a través de la educación y mediante el uso del lenguaje museográfico. Desde este punto de vista, la inclusión, entendida como justicia social, debe ser el norte que guie la política financiera del museo. Por lo tanto, no creemos que deban pagarse entradas, ya que rara vez los gastos de una iniciativa social se les cobra a sus beneficiarios. Sería equivalente a los motivos por los que no se pagan los servicios de una biblioteca.
Últimamente se habla mucho de participación en los museos ¿Cómo veis esto en El Museo Transformador?
Como pasa con la evaluación, la participación no puede identificarse como un empeño aislado del museo; como el último grito de moda para ser ahora abordado por los museos, sino como un objetivo estratégico.
Más que participación, preferimos el término integración. No se trata tanto de que los ciudadanos puedan participar en el museo, sino de que tomen el museo como algo propio; que opinen sobre él, que lo critiquen, que lo transformen. La idea de base no es sólo que los visitantes puedan participar de ciertos procesos ejecutivos del museo más o menos relacionados con la visita, sino más bien que los ciudadanos colaboren con los estamentos estratégicos del museo, que habrán de ser lo bastante permeables y accesibles para permitirlo.
En El Museo Transformador, el reflejo de esta visión se plasma en nuestra intención de que los adheridos a nuestro proyecto no sólo procedan de la profesión museística, sino de cualquier área de la sociedad. Imaginamos El Museo Transformador como un foro mixto, tanto de profesionales de los museos, como de sus públicos. Pensamos que si a medio plazo conseguimos eso, estaremos en el camino de contribuir a que el museo contemporáneo se entienda, se viva y se gestione como algo de todos.