Elena López Gil, Socia fundadora de AMMA, Asociación de Museólogos y Museógrafos de Andalucía
El concepto de museo ha ido evolucionando y cada uno lo entendemos según nuestra formación, nuestra experiencia y nuestra sensibilidad.
Tras la pandemia, es muy inspirador comprobar que somos muchos en la tarea de repensar el museo, de experimentar, de reafirmar la importancia de los museos para la construcción de un futuro justo y sostenible y su relación con las comunidades a las que da servicio. Que un grupo de profesionales independientes trabajen por un museo que tenga como misión realizar los cambios necesarios para que el museo llegue a toda la sociedad es, cuanto menos, una noticia alentadora y esperanzadora.
Debemos abogar por el potencial creativo de la cultura como motor de recuperación e innovación en la era post-Covid. La nueva normalidad supone una oportunidad enorme: el acceso a ese público que llamábamos potencial, el museo generador de cultura, el museo del público, de un público global, ya no es el museo de las piezas y las colecciones, colecciones abiertas para que el público genere contenidos.
Creo que el museo es algo más que un contenedor de objetos, el público se ha convertido en el gran protagonista y aparecen nuevos planteamientos y nuevos usos que mejoran nuestros museos. Un museo accesible, inclusivo, dialogante y participativo ya que a todos nos atañe el patrimonio que conserva.
Para ser capaces de comunicarse con la sociedad, los museos organizan exposiciones que utilizando su propio lenguaje: el lenguaje museográfico capaz de transmitir, de manera clara y significativa, los contenidos de la exposición porque la exposición no una sucesión de objetos, se necesita un equipo altamente especializado y un proyecto detallado.
En la actualidad el público exige una experiencia interactiva y estimulante más allá de lo que ofrece la museología convencional, que exhibe artefactos en vitrinas acompañadas de descripciones complejas. Huir del museo como espectáculo o mero entretenimiento, motivar el aprendizaje y la formación de toda la sociedad y divulgar el conocimiento para formar masa crítica utilizando los medios a su alcance para ello, y, frente a los resultados cuantitativos y numéricos, valorar el impacto social y su capacidad transformadora.
Me parece muy oportuna la reivindicación del museo como una institución con un claro papel educativo social en la actual situación y desde aquí me sumo a una iniciativa en la que seguir trabajando por el museo en el que creemos. Porque si hay algo que no es el museo es un paquete turístico, como algunos pretenden.